Cordura

¿Quien crees que soy?
¿Quien crees que soy?

Y se envolvió en un frenesí vibrante de cánticos salvajes y movimientos perdidos.

En el callejón habia cuadros, todos de si mismo, en las mas inverosimiles vestiduras, pero al dar vuelta a la pared estaban los mismos cuadros, el mismo, pero sin cabello, luego sin piel, luego sin carne, sin huesos, hasta que vió el retrato de su alma.

Abrió los ojos aterrado mientras una voz sonaba al fondo, como la música de un salon distante, cautivado y perturbado por la visión de su eternidad.

De pronto sintió su corazón palpitar en su mano, lo miró extrañado, y lo tragó para colocarlo de nuevo en su pecho, y se envolvió de nuevo en su danza mientras se veía a si mismo, mirándoseuna y otra vez como en espejos enfrentados, infinitos pero con el fin muy cerca.

Su cabello enmarañado, y las paredes se alejaron mientras cada una de las pinturas cantaba en un idioma indecifrable, pero que el entendia a la perfección.

Sus ojos negros, y se hechó en el suelo sobre su espalda, vió aparecer un bello movil que parecia acercarse, pues lo veia cada vez mas grande, era cierto, era as grande para el, las bocas de las piezas susurraban su nombre.

Sus labios gruesos, en realidad era el, ahora mas pequeño, inmerso en una caja de sueños, de realidades.

¿Quien crees que soy?

¿Quien crees que soy?

Tomó con la mano el movil, una medalla, un sol y una luna le hablaron y se hicieron pequeñas para caber en su estatura, rieron, mientras eran aplastados... que sonrisa tan macabra ¡Que mirada tan dulce! el mundo empequeñeció conforme a su deseo.

Se levantó y con un solo ojo vió que las pinturas decían algo.

¡Soy tu!

¡Soy tu!

¿Somos tu?

Habia cambiado. Entonces y solo entonces lo entendió, y se hechó a dormir, abrazando una piedra.