Resignación
Levantó la mirada mientras echaba una risa disimulada, Apareció y ante sus pies se encontraba, casi pisándolos... se acerca, y a cada paso su respiración se sentía mas cerca, los susurros cada vez mas fuertes, sus manos tocaron su pecho, y se estremeció, uno a uno, a cada momento, y movió los brazos de alegría sobre su cabeza, y se acurrucó sobre sus pies, colocó la cabeza sobre sus rodillas y cerro los ojos. Bajó la mirada y vio al ser que le amaba, con tanta tranquilidad que no movía un músculo, con tanta paz que no pensaba en nada... Entonces decidió cantar, y su canto, a pesar de ser aburrido y monótono, lograba apaciguar aun mas el alma de ese ser, que esperaba simplemente el tiempo de su protector.
Se levantó y separó las manos de sus piernas, se levantó y alejó el aliento de su cuerpo, su calor, su dulzura, y el se sintió vacío, cayo una hoja y sintió tristeza, el viento pasó entre sus cabellos y lloró, pero no se movió, se mantuvo en el lugar, una lagrima.
Trató de correr tras ella, pero la tierra cubría sus pies, trató de extender sus brazos, pero estaban rígidos, estirados hacia el cielo, no sentía su sangre, no sentía sus latidos, y su corazón de madera exprimió savia, el dolor apagó su llanto... Se dio cuenta de que su amor es imposible, descubrió su verdadera naturaleza, y su corteza se desgarraba.
sus raíces, su tronco, agrietado por el tiempo; sus ramas, tan gruesas, tan fuertes, pero a la vez tan frágiles; sus hojas cayeron, marchitas y secas, amarillas, sin el verdor de sus mejores días. Y todo perdió color, todo se volvió tan gris, como la tierra seca en la noche, y cerro los ojo, nada fue igual; paso la tarde, paso la noche, y llego la madrugada, pero no volvió a abrir los ojos, no quiso volver a sentir, no quiso volver a llorar. Y el ser se volvió árbol, y el alma se volvió madera, los cabellos hojas y de sus lagrimas frutos.
La amada vuelve, y se sienta de nuevo sobre sus pies, abraza sus rodillas, pero ya no siente esa calma, el siente la tristeza mas grande que jamas sintió, pero no abre los ojos... llora y el fruto cae cerca de los pies de la mujer, Lo toma entre sus delicadas manos, suaves como la seda, se acerca, ve su hermoso color, siente su delicioso aroma, cierra los ojos, y despacio, se lo come, el dulce de su sabor invade sus sentidos, y una lagrima brota de su mejilla, se levanta, y se va. El ultimo esbozo de felicidad, el árbol suspira....